viernes, 23 de diciembre de 2011

secreto

   Si el viento hablara rebelaría los secretos que esconden sus pestañas, que parpadean pausadamente resistiendo la violencia con la que corrompe la quietud de ese cuerpo. De pie en una estructura de cemento, junto a un banco metálico que no va a utilizar, varios metros arriba otra estructura que oficia de techo inútil a los efectos del advenimiento de una tormenta que se aproxima con magnificencia. 
   Las cadenas fueron rotas, tras varios intentos con las herramientas más fuertes y drásticas que pudo haber encontrado, un día simplemente, un ligero golpe contra el mismo suelo en el que hoy se posaba, termino destruyéndolas. El peso que antes le impedía alzar las manos había desaparecido, pudo recorrer con ellas sus mejillas aún tibias, la frente y finalmente acariciar su cabello, liberando el rostro para respirar el aire fresco de la noche agitada pero calma, que se desenvolvía a su alrededor. Los árboles escandalosos danzaban una melodía que emergía de su memoria, derramando recuerdos de otras noches que nadie más podía ver, sin embargo ellos flotaban y luego el viento los mezclaba, combinando fantasías con palabras que ocultas agonizaban en el pecho. 
   De haberse podido mirar en un espejo, podría haber notado una apacible sonrisa en sus labios húmedos, reacción inevitable al notar que transformó un extraño lugar de paso en otro sitio en el cual su mente abrió una brecha para dejar salir esos secretos, aquellos frágiles deseos pegados con sal que protegía intentando evitar que vuelvan a desmembrarse. 
   Antes de que llegara a asumir la sensación que se desprendía de su aturdido aliento, las nubes densas comenzaron a desintegrarse, apagó el sueño que grita suplicando alimentarse y corrió a casa. 

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