viernes, 30 de noviembre de 2012

redención


Todo esta vivo a pesar del dolor... si me sonreís
Ríos de cuerdas que viene de vos justo a mi corazón



lunes, 12 de noviembre de 2012

bombas

   Soñaba con estrellas, soñaba con un mundo ideal, con absoluta calma. Soñaba con un resplandor, una luz que cegara a quien se le ponga en frente. Soñaba con el mismísimo sol, que abrazara su espalda con la calidez de sus rayos. Soñar no cuesta nada, las estrellas estaban muy lejos como para guiar su destino y las nubes escondiendo bajo su espesor a una ciudad de almas congeladas no daban paso ni al más entrometido hilo de luz. 
   En las calles, la gente levanta la vista pasmada, observando a los aviones de guerra sobrevolando, asechando con sus armas listas para aniquilar cualquier forma de vida. El miedo se apodera del lugar, algunos escapan, otros resisten la costumbre, el sueña con día mejor. Camina las calles ansiosas por teñirse de rojo o verde y cansadas del hedor a suciedad, a humedad. No quiere caer en el tedio, no. Seguiría soñando, seguiría sonriendole a la miseria. 
   Se puede considerar que vaga en la utopía? Hay quienes dicen que debería mirar a su alrededor y lo que tiene en ese momento, procurando subsistir con lo que lo rodea. Pero que tan acertado sería vivir en un ambiente hostil solo porque es lo que está a nuestro alcance? Se puede pensar que la proyección a algo mejor es lo que impulsa a buscar una salida, puede que algunos de los que lograron escapar lo hayan hecho a través del miedo, pero quizás alguien soñó con algo mejor y logró encontrar la frontera. El pensaba en eso, pero en su interior también sabía que estaba asustado y ello lo paralizaba. Pero claro, no iba a caer en la depresión, no. Seguiría soñando a escondidas, seguiría sonriendole a la miseria. 
   Un atardecer tranquilo y un viaje habitual fueron irrumpidos. Fuerte en las esquinas, sonaron las alarmas y el pánico se plasmó en su rostro. Los aviones abandonaron su custodia, el piso temblaba y mientras ellos bajaban en picada, disparaban estruendosas bombas en la ciudad. Ante sus ojos el desastre, una bomba destruyendo parte de su hogar y su temple, su futuro asediado por las llamas y muy poco más por perder. Subió entre el fuego por las escaleras llenas de escombros a su habitación. La ropa titada en el suelo, cientos de hojas escritas a mano derramadas en el piso y sus rodillas chocando contra el piso. 
   A solas y rendido ante su suerte contemplo un viejo cuadro, con esa fotografía que le habían tomado cuando era niño, la tomó entre sus manos y vió al pequeño que lo miraba con dulzura. Aquel niño que quería ser astronauta, que corría libre y con alegría a trepar árboles, sin temerle a las alturas. Aquel niño que cuando se paraba frente a un no, buscaba la forma traviesa de alcanzar lo que deseaba. La figura en el espejo distaba mucho de él. Ese inocente trozo de sí volvió para pedirle cuentas, volvió para recordarle que aún vivía dentro suyo. El, avergonzado, no pudo más que dejar de sonreirle a la miseria y llorar como aquel niño, abrazando lo que más anhelaba, reconocerse en ese cuadro. 
   Nada más que perder, lo importante por recuperar. En medio de la noche y con las bombas intensificando el violento ataque tomó rápidamente su bolso. Llevaba consigo algo de comida, ropa, algunos cuadernos y el cuadro. El miedo transformado en valor respirando humo y sin hablar más que con su conciencia, emprendió su travesía. Repudiando la miseria, sonriendole a sus sueños, iría a buscar las estrellas. 



martes, 6 de noviembre de 2012

Una flor

   Son siete cuadras, o setecientos metros, como quieras llamarlo. Una cuadra en la que circulan bastantes personas, el cruce de una avenida, dos cuadras junto a la avenida casi siempre cargada de muchos autos, luego al doblar en una esquina cuatro más rodeadas de arboles, solo de árboles, un nuevo cambio de dirección sobre una calle luminosa hasta llegar a la puerta. 
   Como otras tantas veces, salió para emprender ese tramo, en ocasiones lo había hecho con satisfacción, llena de energía, algunas en estado reflexivo, otras soñando o hasta también cuestionando. Esa noche, llevaba la cabeza abatida, los ojos con un brillo nostálgico y el pecho oprimido. Con los pasos apurados llego hasta la avenida, mientras acomodaba los auriculares en sus oídos y seleccionaba algunas canciones en tonos bajos que ansiaba escuchar en vivo, aunque a corto plazo, no iba a ser posible. Cortó el semáforo y comenzó el recorrido musicalizado. 
   Vagaban los pies en lugar de caminar, como dudando las pisadas. La espalda encorvada como protegiendo ese pecho para que nada lo rozara, para que nada osara hacerlo explotar. El viento limpiaba los hombros con suavidad, despedazando metro a metro cada vestigio de su caparazón. Afloraba la angustia en forma de calma, inhalaba inseguridad y exhalaba miedo. 
   Dobló la esquina, y entre las hojas tediosas, apenas movilizadas por una brisa, levanto la frente y admiró las estrellas tenues a kilómetros de distancia. Inmensas en el cielo la observaban diminuta, y ella camuflada entre baldosas blancas y negras avanzó aliviada y cantó en silencio. El último tramo y su favorito se aproximaba, una hilera de árboles conformando un túnel oscuro, la escondieron con sus sensaciones en el,  la envolvieron como abrazandola fuerte y al salir, frágil y casi libre estaba lista para estallar. Sin embargo, un ruido, una presencia amenazaba con romper la magia. 
   Lejos de lo que pensaba, una bicicleta que nunca se detuvo se aproximó, un hombre desconocido sobre ella extendió su brazo sonriendo y la dejo parada en el medio de calle con una rosa blanca en la mano. Nunca le habían regalado una flor y no pudo más que desconcertarse ante la mirada de ese extraño... Habría tenido ese gesto si la viera a la luz del día? Sin darse a lugar a pensar respuestas, quebró aquello que oprimía su pecho y ante la luz de la última cuadra regó su hermosa flor, con el mar de su soledad. 

martes, 23 de octubre de 2012

   El silencio te llama a participar de un ritual diferente, hablas solo, te preguntas, te repreguntas, te respondes. A veces no te gusta tu propia respuesta y creas diferentes escenarios. Bajas las escaleras con cuidado, escuchas la madera rechinando cada vez que apoyas uno de tus pies. Ya lejos de ellas, te sentas en una silla, es muy incomoda, cruzas las piernas pero no, no te vas a quedar ahí. Te acercas a la ventana, abris una cortina despacio, como un niño curioso, con temor a que alguien te vea, aunque allá afuera este prestando atención a una cortina entreabierta. En la calle, el tedio de una ciudad vacía, nada se mueve, los árboles estan dormidos. Nada que ver, nada que te sorprenda. Es eso lo que buscas? Subis las escaleras nuevamente, con ansias de romper con ese silencio impaciente, pero el pasillo te conduce a una habitación. te recostas en la cama revuelta, o simplemente te dejas caer. Frente a tus ojos el techo blanco, vacío, no va a decirte nada, solo pretende aburrirte hasta que sientas la necesidad de dormir. No queres dormir, queres estar despierto. Escuchas tu respiración, nada calmada, quizás el silencio ha empezado a incomodarte, deberías tomar el impulso para quebrarlo y dejar de esperar, que suene ese teléfono. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

viernes, 14 de septiembre de 2012

   Atravesando ese pasillo violeta de luces tenues, inhalando el aire viciado de humo, distinguiendo formas que hacia el final cobraban vida. Camino algunos pasos sin detenerse, despacio, sintiendo como el arco del pie derecho tomaba la forma del piso y luego el otro, pesados ellos pero no firmes, el humo ingresaba por su boca, agitada, y se mareaba por la falta de aire. 
   Con una mano adelante, el brazo extendido, buscando definir en las proximidades alguna presencia. Podía sentirla, estaba cerca. A pasos confundidos avanzaba por el pasillo, se hacía angosto, otro metro más y creía alcanzarla, y volvía a esfumarse. 
   Las ventanas cada vez más pequeñas comenzaban a esconder la luz que con sus hilos tejían su rostro, las mejillas inmóviles, el pánico plasmado en las pestañas, anticipándose a los ojos vidriosos que fijos observaban el final.
   Lentamente la oscuridad se hizo parte del ambiente, las rodillas temblorosas dudaban cada movimiento, y frente a su pecho una puerta surgió para terminar el recorrido. Dió media vuelta y nadie perseguía su rastro, volvió a hacia adelante y el misterio invitaba a arriesgar. 
    

lunes, 10 de septiembre de 2012

Redescubrir
En un sueño
En un recuerdo
En una sonrisa
En mi cintura oprimida
En mi respiración entre cortada
En mi satisfacción
En lo que escucho
En mis silencios
En mis miedos
En mi osadía
En mis noches ansiosas
En mi amanecer inquieto
Quien soy.



martes, 21 de agosto de 2012

   Es como una montaña rusa, un buen día me subí a ella y no dejé de tener sensaciones. Tenía la esperanza de realizar un simple viaje, pero el vehículo siempre fue a gran velocidad por terrenos muy sinuosos. Quizás llegue el momento en que se detenga, me gustaría que eso sucediera, pero por ahora solo puedo decir que nunca me mantuve mucho tiempo en calma. La euforia, el vértigo, el miedo y la emoción nunca dejaron de sucederse. Me habías dicho que era mejor sentir algo, que no sentir nada, y eso nos trajo a este viaje. Me pregunto si algún día tendrá final, si encontraremos el destino que esperamos o será que cada vez que creamos llegar a la cima sólo podamos tocar el cielo con las manos unos segundos para que una nueva curva nos encuentre cayendo. 

viernes, 17 de agosto de 2012

pruebas

    Todo esta lleno de pruebas, la vida es una prueba y va incorporando nuevas y pequeñas pruebas constantemente. Siempre estamos viéndonos volver, no siempre volver a cero, pero al fin o hacemos y eso es una nueva prueba.
   Me vi volver a lugares impensados, me vi caer de rodillas y volver sin moretones a demostrar que tan firmes son mis piernas. 
   Me vi retomando aquel viejo camino del que había decidido alejarme, sabiendo esta vez que probablemente este sea el más seguro para este tramo de tiempo a recorrer.
   Me vi asechada por el sol de ese amanecer interminable y cerré los ojos hasta que la noche volvió a atraparme.
   No todas las pruebas son piedras inamovibles. No todas las pruebas son obstáculos. Nos paramos frente a una misma situación, para demostrar que tanto aprendimos la última vez. Esta noche estoy de espaldas a mi pasado y de pie al futuro, espectante. Esta noche intento no tenderme otra trampa. 

miércoles, 25 de julio de 2012

vomitar


   Nunca estuve a favor de la mediocridad, esa forma rutinaria y superficial de encarar la vida, de cumplir con objetivos monótonos que solo llenan los bolsillos, una pared de diplomas, un cajón de papeles que alguna vez fueron cartas auto escritas, incentivando a romper con las cadenas de plástico que te atan, pero sin el valor necesario para soltarte.  
   No tengo en mis manos más verdad que la mía y con ella a cuestas transito lugares que jamás me imagine que estuvieran en mi camino, pero están. Me hago cargo de cada una de mis falencias, discuto conmigo, me perdono y salgo otra vez a tropezar, me caigo y me raspo las rodillas, sangro hasta que una cicatriz me recuerda que no debo caer de la misma manera. 
   Tengo la consciencia tranquila, trato de no obrar mal, de procurar el bienestar de los que me rodean, por lo general antes que el mío, hasta que digo basta. Quizás demasiado tarde, nunca demasiado temprano. 
   La realidad se encarga de tirarme baldazos de agua fría bastante seguido, creo que tiendo a perderme en canciones que tapan su voz, a veces mi cabeza se eleva muy alto y se olvida de que los pies siguen sujetos al piso, y termino desmembrandome. 
    Supongo que a veces mi verdad es suficiente no solo para mi, sino para terceros también, que optan por callar las propias, o quizás las canciones de las que hablaba no me dejan escucharlas.
   Más allá de eso, creo que muchas personas están más cerca del nefasto discurso de eterna presentación, insoportablemente agradables, hasta que en algún momento caen los muros que separan a mi persona de la ficción. 
   Tiendo a repreguntarme muchas cosas, de hecho ahora me repregunto: de verdad querés escribir todo esto? Sucede que es mi medio de expresión, y no con vos sino conmigo, y no tengo ganas de contar historias. De hecho anhelo la esperanza de que todas las personas encuentren un medio para expresar lo que piensan y sienten, aunque sea consigo mismo y no acumular tantas cosas reprimidas que después estallan. 
   Me tocó ver de cerca a la perversión de algunos, y nunca voy a entender a la gente así. Y en esos casos, surgieron de personas que reprimían tantas cosas adentro, sobre todo negatividad, que terminaron reventando de la peor manera, buscando la manera de sufrir como medio de liberación, haciendo sufrir a otros como objetos de sus planes psicópatas. Quiero un mundo con menos gente de mierda, quiero mi mundo con menos gente de mierda. 
   También conocí gente en mi camino, que precisamente construyeron eso conmigo, un camino. Algunos como postas a las que fui llegando, otros que me ayudaron a sacar el agua que se acumulaba en el bote cuando estaba a punto de hundirse. Y a ese camino lo construimos con sinceridad, compartiendo mundos parecidos o muy distintos.
   Tuve muchos cruces en mi vida, con seres de los dos tipos, y todos me dejaron algo que aprender, muchos me siguen acompañando y aún así tengo la recurrente sensación de soledad, siento a un mundo indiferente, sin presencias físicas o abstractas. 
   Estoy en contra de la agresión, de las diferentes formas de violencia y más que nada la que implica golpes mentales o a los sentimientos, veo terroristas emocionales por todos lados y cada vez entiendo más, y cada vez entiendo menos. 
   Reflexiono bastante sobre el concepto de la felicidad, no sé si realmente existe, creo que podemos pasar momentos felices plagados de sensaciones que nos elevan, pero no logro descubrir como se hace para conservar esas sensaciones sin que se fuguen cuando tardás unos segundos más en pestañear. 
   Supongo que todos tenemos y tuvimos oportunidades para ser felices, pero entonces porqué las dejamos ir? Dudo ante la idea de que seamos tan masoquistas y caigo en la premisa de que nos estamos preparando para algo tan incierto como ideal. 
   Me sorprende la facilidad con la que perdemos la inocencia y lo difícil que es volver a encontrarla. No me parece que perder la sensibilidad sea parte de ser adulto, ni que ser receptivo a tanta belleza que tenemos alrededor cueste tanto.
   Puede ser que el miedo no nos deje tomar decisiones, que no nos animemos a cambiar, aunque ese cambio conlleve la posibilidad de estar mejor. Desde lo personal, puedo decir que no tengo la certeza de que arriesgar tanto sea la mejor opción. 
   Siento que todo alrededor cada vez es más efímero, tanto que resulta hostil salir. Lucho contra el impulso de encerrarme pero me niego a la idea de caer en el morbo o la banalidad. 
   Cuanto más tiempo pasa, cuantas más experiencias vivo, menos tolerancia es la que tengo con lo que va en contra de mis principios, entiendo que todos somos distintos, pero lo que antes podía llegar a generarme angustia ahora me genera rechazo. 
   No me gustan las vueltas, yo no las doy y no me gusta que las den cerca mío, sostengo que es una actitud cobarde y ahora más que antes no tolero la cobardía. No se puede vivir escapando porque dejas de vivir. 
   Las mentiras son a mi criterio una de las ofensas más grandes, y dudo que se pueda volver de eso si se trata de mentirle a otro, si se trata de mentirse a uno mismo, es una de las peores faltas de respeto que se puede tener para con uno, una muestra más de cobardía. 
   Necesitamos un hogar, un lugar en donde ser nosotros mismos y encontrar paz, tenemos que dejar de correr, tenemos que encontrar la estabilidad y escapar de tanta contaminación. Tenemos que quemar las fotos y los uniformes viejos, tenemos que tejer con nuestras manos aquello que nos va a cubrir. Tenemos que creer que se puede lograr algo más que nuestra realidad quiere permitirnos, tenemos que volver a caer en la utopía para que cuando nos bajen de una palmada no nos sumerjan la cara contra el barro. Tenemos que buscar lo inalcanzable. 
  No se si estoy muy errada, se que no hago todo bien, pero tampoco todo mal. Se que acabo de vomitar cosas que pienso que a pocos le deben importar, pero creo que hablo de algo importante aunque muchos ciegos no quieran ver. 

jueves, 19 de julio de 2012

   Mientras recordaba una noche inquieta que agitaba las cuerdas, el aire vibraba en la oscuridad saliendo de las gargantas que gritaban en silencio su agónica libertad, rememoraba las miradas que fundían mundos para convertirlos en intimidad. 
   Mientras recordaba el momento en que el calor se hizo cargo de las alfombras que acariciaban los pies desnudos, logró con un suspiro, el advenimiento de esa contención que se enredaba entre sus manos. 
   Mientras recordaba las horas en las que el silencio renunció a su puesto, dándole lugar a los misterios que se escondían bajo almohadas, sintió la incertidumbre amenazando a la belleza del océano avasallante. 
   Mientras recordaba las tantas madrugadas lluviosas irrumpidas por una voz reconfortante que balbuceaba deseos ansiosos envueltos en hojas de libros viejos, se llenaba de valor. 
   Mientras recordaba el día en que la oportunidad vino a golpearle el pecho y procuró anestesiar su cuerpo para no sentir, necesitó correr a buscarla pero sus piernas estaban adormecidas. 

viernes, 13 de julio de 2012

Farsa brutal, caprichosa en condenar la sangre inocente
Debilidad que se fortalecerá en un consuelo de tontos.

domingo, 8 de julio de 2012

sombra y luz (parte IV)

   Una noche más, una noche menos en este camino incierto, el frío casi intolerable tornando estático el panorama de las calles, las hojas de los árboles sufren el aire helado tiñendo sus bordes de blanco. Otra como tantas noches invernales respirando en esa conocida habitación como al principio de esta historia. Tenía entre los brazos, una almohada que de un lado era negra y del del otro un par de colores más dibujaban cuadros que ella había tejido hacía muchos años, la abrazaba con fuerza antes de dormir y en algunos otros momentos en que le gustaría estar dormida. A escasos metros, entre victoriosa y burlona, esa forma opaca la imitaba entre un espejo y la pared. 
   Aunque así lo hubiese preferido, no lograba comprenderla, siempre tuvo buenos deseos para con ella, siempre tuvo anhelos de que sea mejor, pero allí se encontraba queriéndole mostrar que una vez más no había logrado su propósito. La última vez que cruzó la puerta fue siguiéndola, mucha veces recorrió los días de insomnio sin obtener demasiados beneficios, así que se dispuso a dejarse llevar por las luces de la noche que se movían sincronizadas para que ella, la sombra, se encuentre por delante. 
   Aquel amanecer  tenía incontables horas, entre las penumbras que envolvían a la cuidad, esa opaca forma bailaba canciones de la mano de otra, que encontró por ahí. Luces de diferentes colores la hacían brillar, sonrojar, mezclarse con su compañera entre viejos posters y pequeños refugios. Tal fue la tranquilidad que le trasmitió verla, radiante e independiente, que simplemente optó por relajarse y dormir. 
   Con los ojos cerrados, y ya en sus sueños, podía levitar sobre los días lejanos, mirarlos con una suerte de satisfacción, mecerse en las nubes que la contenían llena de paz y sonreír. Soñaba que la sombra había desaparecido, ella podía caminar sin sentirse acechada por esa oscura figura que la perseguía a toda hora. Qué bello estado, nada hacía por pensar, flotar y volar era todo lo que quería, lo estaba haciendo y se elevaba, llegó a lugares impensados, no solo podía ver hacia atrás, sino que un paisaje agradable comenzaba a conformarse más adelante.  
   Fue justo en ese instante, cuando un grito la irrumpió: - "Dafne!". Su suerte la fue a buscar. 
   Al despertar el día ardía en su cara, los ojos rojos imploraban cerrarse nuevamente pero era imposible, el pánico se apoderó de su cuerpo, lejos de casa yacían solas, paradas en una esquina ella y su sombra aferrada a sus pies, con un peso gigante, como si quisiera hundirla en el suelo. Un conocido nudo en la garganta tenía presa su voz, rápidamente se despojó de todo lo que tenía en los bolsillos y que ya no servía y corrió a su casa.
   Las manos temblaban, ya estaba a salvo. Con la mirada vidriosa subió las escaleras y cerró la puerta con llave para que nadie la pudiera abrir. Casi sin aliento, se sentó en la cama y abrazó su almohada. Frente a ella la sombra la imitaba sin parpadear. 







martes, 3 de julio de 2012

Seguro es por mi culpa

Ser careta para mantener la dignidad?
          o ser real cosechando las caricias de la lastima?

Sentarse a esperar que los sueños se hagan realidad?
          o sepultarlos para salir a buscar nuevos sueños inmediatos?

Salir a seguir aprendiendo de los errores?
          o resignarse la idea de que esta es la realidad?


Algunas de las tantas preguntas sin respuesta,
saber en donde estas, buscar un camino.
No alcanzo a ver los bordes.

sábado, 30 de junio de 2012

Entro con los pies descalzos y dejo la puerta entreabierta. El piso estaba frío como todo lo que contenían esas paredes. Unos pocos pasos y extendió la mano izquierda para dejar correr el agua y lentamente el vapor cubrió el aire. Se paró frente a un espejo que apenas dejaba ver su torso. Se quitó la ropa sin ningún apuro observando la piel que aparecía temblorosa frente a sus ojos. Minutos después el reflejo desaparecía, el aire era espeso y su cuerpo desnudo se esforzaba para respirar.
Nuevamente procuró dar unos pasos y esta vez dejó que el agua la abrazara. Una pequeña ventana cuadrada estaba cerrada a su lado, del otro lado yacía la noche calma, casi tediosa. El cielo se mostraba azul, casi negro, y aunque las ramas de un árbol frondoso intentaran ocultarla, la luna creciente brillaba distante en la inmensidad. El agua corría en su cabello, aquella sensación que la saturaba empezaba a desvanecerse. Se lavaron de su rostro las expresiones de angustia y de su boca los besos que olvidaron pasar a buscar. 
Sus manos recorrían ese cuerpo que se sentía diminuto, despojando el peso de los hombros, aniquilando los restos de la violencia que le dejó ese revolcon  eufórico desde la cumbre de sus emociones hasta el sucio asfalto que muchos otros zapatos caminaron. El agua hervía rozando la cintura, creaba ríos de liberación que desembocaban junto a sus pies, hubiera preferido que retornen a sus piernas antes de notar que ni siquiera la esperanza quedó agarrada a su pecho. 
Se apresuró a cerrar el paso del agua y las gotas ahora frías caían sin límites, inundaban el suelo y sin reparo ella temblaba sola en ese cuarto. No se sentía sucia, no se sentía inquieta, solo sentía el frío que la paralizaba frente al espejo, ese que le impedía mirarse. 
Desde la puerta entreabierta se escapaba el vapor, liberaba su calor y se mezclaba con el aire libre que corría a pocos metros. Desde afuera pudo verla, pudo notar que otra vez se congelaba y sin pensar demasiado, notó que siempre se encontraban allí. Ella limpiando los rastros y el buscando liberar su voz. Cruzó la puerta y la tomó en sus brazos, quizás ahora va a cantarle una canción.  

domingo, 10 de junio de 2012



I shoulda known, I've been here before
I shoulda known, don't want it anymore
One thing is for certain
I'm still standing here
I shoulda known

martes, 15 de mayo de 2012

Esas pequeñas grandes cosas, que hacen que brillen los ojos.

Esa distancia dulce, que acelera los latidos.

Esos labios que refugian las emociones. 


sábado, 12 de mayo de 2012

Difundir la belleza

A donde el destino era azar
reina de ningún lado
las ruedas que te llevan
a donde vayas, alguien te seguirá
tus huellas quedan en el barro
mientras todos van corriendo detrás
en lo que pasaba rápido
sabiendo que nunca lo van a alcanzar
a donde vayas, alguien te seguirá
tus huellas quedan en el barro




...a donde el destino era azar
reina de ningun lado
las ruedas que te llevan
a donde vayas, alguien te seguira
tus huellas quedan en el barro
La cosa es así
te lo voy a decir...


Las guitarras, los pájaros, los caballos corriendo detrás, las risas... dos genios. 
Flopa Lestani y Ariel Minimal sacaron un nuevo disco, y es hermoso. 




domingo, 29 de abril de 2012

Podría

Podría salir corriendo hasta dejar de ver las hojas del otoño.
Podría desterrar al frío húmedo con el abrigo de una noche sin estrellas.
Podría intentar desvanecer los recuerdos inquietos de otra era, en manos de un viajero desesperado por conocer el valle de su cobardía. 
Podría encerrarme en una pequeña caja con algunos agujeros, viendo la luz a medias, para no ver que esta llegando.
Podría salir a emborracharme, levitando en burbujas de alcohol hasta que el sol me devuelva al piso junto con ellas. 
Podría escuchar esta canción cientos de veces, cantando lo que no tengo ganas de decir con mis propias palabras. 
Podría imaginar una mano en mi cintura, mientras se encuentra en otros bolsillos. 
Podría empezar a usar reloj y contar las horas que se acercan a fastidiarme. 
Podría bailar sobre sonrisas necias para ayudarlas a encontrar rápidamente su destino. 
Podría abrazar un pasado incierto, para manejar lo que antes no pude. 
Podría eliminar mis miedos, dejándolos morir con mis metas. 
Podría llorar a cada una de las piedras, negando que son parte del camino.
Podría amanecer entre las sábanas, cuando quiera amanecer entre los brazos. 
Podría respirar sus problemas y volver a convertirme en un pañuelo de papel. 
Podría esconderme en lo que quieren de mi, para que no me descubran.
Podría soñar con algo menos utópico, pero prefiero tener algo por qué luchar. 

domingo, 22 de abril de 2012

tuercas

   Cada tanto la vida te da alguna sacudida. No importa que tan grato sea el momento que estés pasando, que divertidos sean los días que te rodean o que tan agradable se te presente la realidad; en algún lugar de todo esta estructura, vas a encontrar una tuerca floja. Quizás en un lugar insignificante, que no te llegue a derrumbar, como también puede estar al pie de la estructura, como para que un simple movimiento te haga temblar. 
   El temblor te manifiesta tus puntos inseguros, de forma que los vas a poder ver con claridad, podes ignorarlos, pero si se sigue sacudiendo, en un buen momento la estructura definitivamente se va a quebrar. Lo sabes, muchas veces se derrumbó lo que parecía firme, y te viste en la tediosa tarea de reconstruir con las piezas ya gastadas, y con otras que encontraste en el camino, un trabajo duro y sabemos que no querés volver a perder tiempo que podrías disfrutar. 
   Te aconsejaría que, ahora que reconoces la falla, la trates de reparar. Ajustar lo que sea necesario para resistir cualquier otro golpe suena más atractivo que dar curso a una estocada que derribe lo mucho o poco que hoy esta en pie. Siempre van a existir inseguridades, pero en tus manos están las herramientas para que ellas no ocasionen más problemas. Y si se desmorona aunque sea un pequeño pedazo, que sea solo porque vos lo quisiste remodelar. 






sábado, 7 de abril de 2012

mutando el cielo

   Parecía detenido el tiempo aquella tarde, a lo lejos el horizonte extinguiendo el sol, lo invitaba a acercarse para satisfacer su curiosidad ante tal majestuosa belleza. Quería echarse a correr entre las flores, sentir la brisa chocándole la piel con su frescura, pisar descalzo la tierra fértil que le preparaba el camino hacia ese ocaso que se dibujaba ante sus ojos. Se sentó en la hierba, simplemente a contemplar, sus manos como raíces se enterraron en el suelo y le contó historias al viento. Allí en la solitaria tranquilidad anheló que sus palabras atravezaran las fronteras, pero cuanto más grande el deseo, más profundo sus manos se hundían en la tierra, sujetando las firmes raíces de los árboles que crecían cerca. 
   Impetuosa la belleza que imperturbable sonreía más adelante, ese sol radiante que ya no le quemaba los ojos, se dejaba observar con una luz tenue pero intensa, se alejaba dejándole el mejor de los recuerdos y una mueca de satisfacción en los labios que sólo abrió cuando su respiración temblorosa, ya no pudo alterar el paisaje. Pronto, llegaría la noche. 





viernes, 6 de abril de 2012



Sinceramente, no tengo palabras justas para describirlo.
He pasado por los días más felices, musicalmente hablando, de mi vida. 
La banda que siempre escuche, que sentí, la banda con la que compartí las peores y las mejores noches, y a la que tanto amo, vino a mi país y la rompió. 
Aún así, todavía no pude descubrir que tiene la voz de Dave para hacerme sentir tan bien, pero pude vibrar con cada canción, con cada guitarra. Escucharlos en vivo para una persona como yo, claramente no tiene precio... ver a Pat Smear romper una guitarra en vivo, ver a Taylor cantar una de mis canciones preferidas al frente del escenario cediéndole la batería a Dave para que se te caigan lágrimas de felicidad, vale el cansancio, el calor, el frío, la lluvia interminable en el medio del campo, los golpes, la ropa arruinada e incluso lo enferma que estoy después de haber pasado por todo eso. 
Siento mucha felicidad, creo que se entendió, y como una enamorada de la música y puntualmente de estos muchachos, ahora voy a sentir la nostalgia propia de haberlos tenido tan cerca y saber que se fueron, pero con la mejor sonrisa, que no me la saca nadie. 




lunes, 2 de abril de 2012

destiempo

   Hace muchos días vengo con la idea de escribir, con ideas concretas pero sin la habilidad de poder expresarlas, determinados factores me impidieron plasmar algunas palabras por acá pero sin embargo tuvieron su  curso a través de otros medios. Esta noche, después de mirar una de esas típicas películas que no puedo dejar de mirar, hallé la ocasión para volver a este blog. 
  Resulta que la película trataba del destiempo, de como se puede ir postergando por distintos motivos una decisión o un deseo, una verdad que sólo necesita palabras concretas para terminar de ser una realidad y de la espera y el desencuentro tomando su lugar a cambio de una ficticia tranquilidad que se manifiesta como producto de no correr un riesgo. Con la palabra destiempo se me vienen a la cabeza muchísimas cosas... desde todos los recitales que me perdí porque se dieron en momentos inoportunos, las materias perdidas de la facultad, el que ya no está más porque llegué tarde para las mentiras, el que ya no está más porque supuso que la noche era eterna, los pasos que nunca dí, la adrenalina que siento con cada corrida, hasta inclusive cosas más drásticas como una muerte cercana. Hace unos días lamentablemente falleció el padre de un amigo muy querido, después de varias conversaciones al respecto en los meses previos, aquella noche nos encontró tomados de la mano hablando una vez más, tomando los buenos recuerdos para nuevamente concluir en que debemos plagarnos de buenas sensaciones, buscarlas y vivirlas, y expresando lo que nos pasa. 
   Es lógico que un hecho de esta especie, nos lleve a la reflexión, a repreguntar si realmente estamos haciendo algo con nuestro tiempo o solo lo estamos dejando pasar. Supongo que no deberíamos esperar a que una circunstancia poco feliz nos haga cuestionarnos, sino que sería más productivo repensarlo cada tanto como para no perdernos en el camino, pero cada uno con su vida, y así seguramente nos desencontremos más, pero cada uno con su vida. Por mi parte, mirando para atrás creo que estoy mejor que antes, aquel que se da una vuelta por acá seguido, sabe como pienso y que intento explotar mis días mientras pueda... es así que pude afrontar algunos problemas con bastante grandeza, reencontrarme con aspectos personales que tenía relegados, y sonreír más que nunca. Hoy me encuentro en una etapa de cambios, y aún asumiendo las palabras que hablamos con mi amigo, sigo buscando encontrarme con lo que me hace bien y sigo limitándome en algunas cuestiones. 
   Siempre renegué contra la gente que se limita para hacer lo que quiere, más puntualmente para ser feliz. Detesto a la gente amiga de la autocompasión, a las personas que siempre intentan sentirse mal, van tras pretextos para sentirse menospreciados, o destacan sus defectos para llegar a través de la pena. Señores, todos somos capaces de experimentar algo hermoso, y no por miedo a lo que pueda venir nos vamos a aferrar algo pasado o presente que nos atormenta o nos trae desdicha. Van un paso atrás de la oportunidad que se acerca y hasta que se deciden a accionar, el destiempo ya está ocupando el lugar que los deja inmersos en otro fracaso. Los invito a dejarse llevar, a romper las barreras.
   Me invito a dejarme llevar, a romper las barreras. Y aunque no use reloj, y habiendo dejado la oscuridad de las noches frías atrás, que los momentos que determinen mi camino sigan siendo parte de un nuevo día, que las palabras que duermen inquietas en la garganta salgan a la luz. Que nunca más sea demasiado tarde. 



martes, 28 de febrero de 2012

piedras

  Las guitarras sonaban gritando historias de noches sin sueño, gimiendo notas que escaparon de un papel, haciéndose escuchar como estruendos en una madrugada que agitaba sensaciones que luchaban para liberarse prepotentemente de las gargantas ásperas buscando moverse en el sentido se la más bella canción. 
   Los pasos se aceleran, las manos temblorosas señalan una dirección. No se distingue el final del camino, algunos metros adelante la niebla asecha el aire. La distancia desaparece, y las guitarras siguen sonando, aturden las horas presentes, confunden las horas futuras. 
   Buscando la rima perfecta para devolver la tranquilidad a las manos inquietas, el silencio desgarró los labios que bebían el dulce licor de otros deseos a miedosos sorbos. Paralizadas las pestañas albergando la esperanza perciben que las luces empiezan a desaparecer ocultando cautelosamente las piedras. Las guitarras vuelven a sonar, y la tenue luz sólo muestra, una sonrisa embriagada. 

lunes, 20 de febrero de 2012

Planeaba decir algo muy distinto esta noche,
pero los imprevistos me llevan a asegurar que
siempre que compre un boleto de tren, no me baje hasta concluir el viaje. 
Soy fiel a mis elecciones. 

viernes, 10 de febrero de 2012

Flaco querido



 "El talento es el hombre en libertad, nace en cualquier persona que se sienta capaz de volar con sus ideas" 
Luis Alberto Spinetta.








Gracias por tanto.






viernes, 3 de febrero de 2012

mirar de lejos

   La calle empedrada resultó perfecta para dejar fluir entre los bloques de piedra, pequeños ríos veloces que miraba sentado desde el cordón de la vereda. El sol se retiraba entre los árboles lejanos que se mecían con el viento a unas cuantas manzanas de distancia. Mientras cantaba una canción golpeaba los pies en el piso, marcando el ritmo para hacer más amigable la espera. 
   Desde una ventana situada unos metros más arriba, otros ojos captaban la imagen, buscando entre los autos el factor que cambiara el estado del ser extraño que en esta ocasión formaba parte de su entorno. Ningún transporte lo recogía, no sonaban alarmas ni teléfonos. Aquel sujeto simplemente se encontraba sentado con la mirada perdida, como quien hubiera estado situado junto a una explosión, y ahora se disponía a intentar conseguir la noción del tiempo y el espacio sin poder escuchar, aturdido pero con calma, desorientado pero en paz. De todas formas transmitían inquietud, llamaba la atención que reposara en la puerta de su casa y una curiosa intriga impulsaba a un acercamiento que aún no pretendía llegar. 
   Parecía no llevar nada consigo, quizás algunas monedas en los bolsillos, seguramente tenía dinero para volver a su casa, aunque llevaba horas sentado al caer la noche, y tampoco se lo había visto comer. Su actitud no generaba temor, pero quien lo observaba desde arriba no tuvo más que sentir preocupación. El muchacho no hablaba con nadie, no cantaba, ya no movía los pies. Se limitaba a apretar las manos con ansiedad, se peinaba el pelo con los dedos ahora en una calle solitaria.
   Cuando las estrellas iluminaban el cielo, el muchacho inclinó la cabeza hacia un costado y dejo ver sus ojos brillantes, fuente de aquellos ríos que decoraban la calle empedrada. La angustia atravesó como una flecha, el pecho del espectador que casi con la intriga resuelta corrió a las escaleras. No sabía quien era, pero fue parte de su paisaje, sintió necesario acercarse para ofrecerle ayuda. Bajó las escaleras, cruzó la puerta del edificio, pero cuando llegó a la vereda el muchacho ya no se encontraba allí. 
   La situación permaneció frente a sus ojos y esperaba una señal para actuar, el muchacho apretaba las manos que no podía estrechar aunque agónicas se movían sin buscar. Ambos podrían haber complementado este final. 
   Aquel día optaron por esperar a que llueva la solución a sus estados de un cielo despejado, para cuando quisieron aventurarse a decidir, ya era demasiado tarde. 







jueves, 12 de enero de 2012

fantasear

   La noche esconde palabras que quedaron palpitando entre las manos tibias que sostenían un deseo que días atrás pudo transformarse en una realidad. Quizás el frío de un viento inesperado arribo en su cuerpo que comenzó a buscar el refugio de unos brazos ahora ausentes. Una vieja melodía acercaba la imagen de aquella vez que se enfrentó a sus verdaderas necesidades satisfechas en cualquier aspecto, por un extraño ser que tapaba los abismos de su alma con sus labios, envolviendo entre telas blancas el gusto de la victoriosa armonía.
   La luz ténue asomándose por la ventana que dividía la atmósfera de apacible introspección, de la violencia de los árboles agitándose junto a las calles vacías, generando un ambiente propicio para sumergirse en el valle de los recuerdos, de las preciadas comisuras y las curvas de los hombros en los que había apoyado la cabeza inquieta después de unos cuantos espasmos. No se hace esperar la sonrisa que encierra uno de los tantos momentos en los que los susurros ingresaron en sus oídos para apoderarse de sus pensamientos que aparecen aleatoriamente sin permiso hoy, ayer o cuando el portador de la fórmula para derribar todas las barreras no se encuentra cerca. 
   La libertad que se mecía en colchones de intensidad se encuentra presa de la distancia dulce y cautelosa. Las palabras acercan los deseos, pero alejan la realidad que se aproxima rápido y despacio por otro sendero y que terminará concretándose estallando a su paso todo lo que emerge en la imaginación, bailando al ritmo de los latidos que están recostados en un sillón jugando a fingir que son otras las manos que recorren ese cuerpo. 





jueves, 5 de enero de 2012

martes, 3 de enero de 2012

seguimos vivos

Contra algunos pronósticos, seguimos acá. 
Un año más o un año menos?
Sumemos.
Nuevas experiencias
Nuevas sonrisas eternas
Nuevas canciones
Nuevas noches intensas
Nuevos colores
Nuevas sensaciones
Nueva ilusión. 





Vivir es festejar!