lunes, 27 de junio de 2011

de vos ya no kiero nada
de vos ya no espero nada
pegue tantas venas para continuar
llamados interminables 
locuras incontrolables
y un salto al vacío me hizo respirar

kisiera volver a un tiempo atrás
con vos
sacarme las ganas... 

miércoles, 22 de junio de 2011

hallaste el tiempo o la forma de creártelo...
y si soy un sueño peleando contra la verdad...

miércoles, 15 de junio de 2011

justice

   Suele ocurrir que cuando se llega al aniversario del nacimiento, las personas tienden  realizar algún breve resumen mental de su último año y una suerte de balance, lo que sería un análisis de pro y contra de lo que antecedió a ese día para evaluar el nivel de gracia que tuvo y seguir con un plan de acción para el año venidero. 
   Jamás hice un balance, pero dado que mi próximo y reciente aniversario a mi criterio tiene relevancia por el número creo que puede llegar a ser productivo. Mi vida entera ahora que la miro desde acá, estuvo ligada a la noción de justicia. Siempre en el rol de árbitro quizás entre dos o más personas, entre una persona y una situación o entre una situación y yo, la explicación más cercana que tengo son las innumerables declaraciones de que tengo una habilidad importante para escuchar a los demás. Afortunadamente tomarlo desde este punto, me sirve para decir que antes, mi entorno íntimo se llevaba mal conmigo, después me di cuenta de que en realidad yo me llevaba mal con mi entorno, y hoy puedo decir que puedo pararme en el medio ver los dos extremos para saber con quién llevarme, a veces me llevo un par de desilusiones, pero son las menos. 
   Profesionalmente... tiendo a pensar que soy un desastre. Intente a estudiar lo que creí que era mi vocación, pero después de mucho falso esfuerzo me percaté de que los males que la naturaleza puede hacerle a alguien por decirlo de alguna forma, no eran los que yo quería curar, sino los que otros les hacen, inculcan, y a los que los someten son los que quiero atacar. Me di cuenta que mi interés por la justicia era más que evidente y tome ese rumbo y sí, siento que perdí tiempo y a veces lo sigo perdiendo, pero el ideal que persigo no me deja mirar atrás. Por otro lado, comencé a trabajar para estudiar, y terminé trabajando para vivir. Supongo que cuando entendí que las palabras estudiar, trabajar y vivir coexistían en la misma oración fue cuando entendí que había crecido... aunque las canciones punkies que escucho hace muchos años me llenen de juventud y energía. 
   Las tres palabras que mencioné antes, trajeron y llevaron gente todo el tiempo, algunas siguen acá estoicas, otras cambiaron de ruta y otras me visitan cada tanto. Mis relaciones con el mundo fueron como con la música, seguramente empecé como algo muy básico, pasé por épocas en las que me cerré en un género, después empece a abrir los oídos cada vez más grandes y a liberar muchos prejuicios hasta que finalmente hoy puedo decir que mi variedad musical es realmente inmensa, como también la de gente a la que le abrí puertas y a las que se las podría abrir. Es un pro, ya no juzgo mal por prejuicios banales. 
   Cito a Wallace... no alcanzo a ver los bordes. Contra. Y si.. antes deseché, hasta que me desecharon, mentí hasta que me mintieron, me aproveché hasta que me usaron, hoy fumo hasta que me hace mal, acumulo malas vibras hasta que exploto, nunca voy a creer que adelgacé lo suficiente, voy de frente hasta que me choco, doy hasta que me quedo sin nada, tiro de las cuerdas hasta que se rompen. Pero de todo eso aprendo, pro. Hoy los límites los veo en el miedo o la consciencia y creo que hay más equilibrio. 
   Casi nunca lloro, más cerca de nunca que de casi, contra. Ahora sonrío más, pro. Existió gente que me sacó lágrimas, pero siempre traté de no alejarme de los que me sacaron sonrisas y por ellos sigo en pie (si alguno lee esto, gracias). 
   En cuestiones que sacan el sueño, siempre elegí mal, aprendí a hacerme cargo. Antes hacía responsable a la mala suerte, pero la realidad me mostró que dos personas no pueden saltar de un avión a abrir el cielo si las dos no quieren, y más si vos no tenés paracaídas. Hoy, como dije en otro post, se que hay poner la cabeza en el cielo y los pies en el suelo. 
   Se que el pasado me formó, pero se que de mi presente va a surgir mi próximo pasado, prefiero vivir experiencias y no acumular sueños rotos. Se que me espera lo mejor, pero también me preparo para lo peor. Se que a donde valla va a haber maldad, pero también belleza. Se que tengo objetivos pero suelo perderme en el camino cuando elijo sentir hoy lo que quizás mañana ya no exista y aunque me demore prefiero no mentirme. 
   Es lógico que cuando hoy veo a personas que caminaron conmigo desde pequeñas, totalmente realizadas, me invada algo parecido a la frustración. Pero teniendo en cuenta este balance no lo veo justo. Y como le dije a una muchacha hace unos días, no tengo casa propia pero tengo un hogar, a veces me invade la soledad pero tengo amigos, no soy profesional pero tengo una actitud increíble jajaja, tengo experiencias increíbles perdón, no tengo amor... ok ok, pero tengo esperanzas. 





Y voy x más

domingo, 12 de junio de 2011

tu vuelo al fin

   En dónde? Hacia dónde debo mirar? No se paraba de preguntar. Con la desorientación en la cara y la incertidumbre cerca no pretendía otra cosa más que encontrar la respuesta a esa pregunta y así poder disfrutar de los atardeceres.
   Tiene un jardín inmenso, lleno de árboles y flores en los costados, en el medio algo parecido a un lago en dónde las aves se posaban con frecuencia. En una esquina de ese parque, una jaula ya oxidada, con la puerta abierta, repleta de recuerdos que en ocasiones salían flotando y se los chocaba al caminar.
   Hace un tiempo por la calle, encontró un pájaro mal herido y al verlo con las alas rotas se apresuró a tomarlo y llevarlo a su jardín. Lo encerró en la jaula, en aquel entonces limpia y preparada y lo protegió para que pueda recuperarse. Con el correr de los días, el ave comenzó a tomar fuerza y a desplegar su gran belleza, entonces bajo su custodia, abría la jaula para que pudiera ejercitar sus alas que todavía no habían terminado de sanarse. Ponía alimento entre sus manos y el precioso pájaro se acercaba gustoso, se mojaba en las aguas de su jardín y luego lo volvía a encerrar.
    Lo contempló todo lo que pudo, y creyó que aquel se había convertido en un fiel compañero, sin percatarse de que no tenía muchas opciones para elegir. Y bien, cuando se encontró recuperado, el que creyó un habitante de su privado espacio, extendió sus alas y comenzó a volar sin detenerse, hasta que lo perdió de vista. Esperó toda la tarde, y consecutivamente en cada ocaso realizó la misma acción, observando la jaula que se fue deteriorando y con la esperanza de que regresara a su hogar.
   Tomó tiempo para que comprendiera, que su jardín no era el hogar de su protegido pájaro, y que simplemente él fue un pasajero que, cuando estuvo en condiciones, regresó seguramente al que sí era su sitio.
   No debió haberlo encerrado, aunque le estuviera dando un beneficio, y aunque su belleza cautivara. Era lo más lindo que había visto hasta que una noche, un ave se posó en la orilla de sus aguas. Aunque la noche oscura se abriera paso, la luz de la luna lo iluminaba en todo su volátil cuerpo, resplandecía mientras recorría su jardín alegremente y antes de que decidiera marcharse. No lo iba a capturar, después de lo acontecido con anterioridad sólo deseaba que seres libres adornaran sus árboles.
   Para su desconcierto y satisfacción, el nuevo visitante regresó en algunas oportunidades, le gustaba recorrer el pasto y comer las migajas que le dejaba diseminadas en el suelo. Adora la libertad con la que ese misterioso ser repentinamente irrumpe en su hogar y lo comparte, para luego retirarse dejándole certezas de que va a regresar.
   No existe el tiempo, no está programada la fecha de su regreso, en ocasiones las ansias se dejan llevar por el deseo, y en ocasiones la paciencia invita a esperar con tranquilidad. Ha comprendido que que su adorada ave es hermosa por lo que es, un ser libre que resplandece apenas se hace parte de su cielo y más aún cuando se aproxima a la tierra, a su suelo. No sabe para dónde mirar, no sabe desde donde arribará, pero sabe que no va a quitarle su libertad, solo va a dejar que llegue querer compartirla.

lunes, 6 de junio de 2011

good times

   Hay que tener la cabeza en el cielo y los pies en suelo que va a ser mejor, así dice una canción de naturaleza punkie que me quedo resonando algunos días. Vuelve a surgir cuando me propongo escribir en este caso, respecto de una reflexión que venía llevando a cabo. 
   Todos atravesamos épocas buenas y épocas malas, inclusive a veces suele tener la palabra "muy" por delante... es decir, o muy buenas o muy malas. De las malas, creo que podes encontrar unos cuantos posteos más abajo, ahora bien, de las buenas es en las que me voy a focalizar. Y sí, hay que hablar de algo no tan depresivo, es increíble la cantidad de blogs que son como las canciones que escuchamos cuando estamos tristes, pero sin la música claro, sirven de compañía para cuando no te sentís bien, pero en ningún momento te suben un poquito el ánimo. 
   Cuando te encontras de buen humor, lo que te pueda suceder y que no es de tu agrado, no es absolutamente relevante, y prestas atención a cosas que tienden a darte un bienestar. La gente te hace notar que tenes un excelente semblante, que te brillan los ojos; caen también en la comparación con esas etapas oscuras para que vos lo hagas y notes la diferencia, con la real convicción de que a través de esa comparación puedas observar que estas en lo correcto. Aunque vos no puedas ver esos supuestos reflectores que tenes en los ojos, recuperas gran parte de tu autoestima, te miras al espejo y no te frustras al ver que no te gusta nada de lo que está enfrente tuyo, sino que empieza a gustarte. Dejas de escuchar esas canciones de las que hablaba antes, y la cambias por una lista un poco más adecuada a la situación, es probable que incluso sonrías en la calle escuchándolas. 
   Por ahí dicen, que la agonía es tan normal que sufrimos si se va... lo cual es bastante cierto, todos tenemos tendencia a caer, es como si extrañáramos el hecho de bajar un poco los brazos, como si fuera una emoción necesaria, seguramente entonces mires para atrás, o quizás inconscientemente tiendas a buscar un motivo para pasar por algo que tenga un matiz gris, pero va a jugar de nuevo la comparación, y como pasaste por cosas peores lo vas a superar más fácilmente. 
   Llevando la cuestión a un plano más profundo, te diste cuenta qué te pasa cuando estas encarando una buena etapa? Cuando eso sucede, además de haber tenido una revelación mental de que evidentemente podes, necesitas y te mereces algo mejor; a esa revelación le das un curso a través de un simple pero claro objetivo. Dependiendo de que es lo que te haya pasado, puede que ese ideal te lo propongas por el lado económico, profesional, que sea una actividad o un amor.   Sea lo que sea, lo vas a buscar, lo vas a soñar, lo vas a imaginar y esperar la mayor parte de tu tiempo. 
   Desde el momento en que decidís entregarte a ese objetivo, y ponerte en acción para poder alcanzarlo, es cuando empezas a sentirte mejor. Porque ese es el momento en que todo lo que se podía oponer entre lo que deseas y vos, se hace minúsculo, si existía algún miedo ya perdió fuerza, ya que no hay marcha atrás, la decisión está tomada. La ilusión en la que estás inmerso, esa que te hace perderte en el cielo y olvidar con frecuencia a los terrestres que te rodean, es la que te moviliza. Es una de las mejores experiencias, los pesimistas dirían que en ese momento todavía no te chocaste con nada y por eso esta bueno, los optimistas por el contrario, afirmarían que allí encontraste el rumbo hacia algo potencialmente feliz. 
   En mi opinión, desde la perspectiva de un alma errante que no cree en la felicidad completa y seguramente por no haberla atravezado, a tu realidad la construis vos. Así que si venís de una serie de etapas poco amables con vos, planteate ese ideal e imaginalo, que si realmente lo querés lo vas a poder alcanzar. Vas a querer caerte, vas a tener miedo, vas a extrañar ese refugio pequeño y oscuro que te creaste... pero cuando empieces a sentir, te aseguro que no vas a querer volver.