miércoles, 30 de marzo de 2011

wake up

   Y como muchas otras tardes, su mente emigró a un lugar en donde todo es posible, claramente un sueño. En ese plano tomamos forma de lo queremos, actitudes diferentes, nada puede lastimarnos; siempre teniendo en cuenta de que no estamos hablando de una pesadilla, a las cuales tememos porque no podemos manejarlas... aunque si son recurrentes, a menudo las podemos transformar.  Esto era lo que le sucedía, había tenido una pesadilla y ahora lo atacaba despierto y el la modificaba para poder ganar. Los sueños son distintos a la realidad, en los hechos no siempre podemos de alguna mágica forma hacer que todo funcione como queremos.
   Sin más, le tocó vivir una pesadilla, y como si hubiese quedado parado en el tiempo, la misma usurpaba sus días para que él pueda reconstruir los hechos a su manera y darle el cierre que crea apropiado. Reinventaba la secuencia en su imaginación, buscaba descargarse de varias maneras, pero pasaron meses, años y siempre regresaba. 
  Acaso se habría convertido en un pasatiempo? Sería inclusive más saludable pensar en esa opción, en lugar de pensar que era una manera de auto flagelarse. Cuanto más analizo la vida, me acerco a comprenderla, pero me alejo avismalmente de entender a las personas. Quisiera saber que los ata a mantenerse aferrados a algo que los hiere, las despedidas cuestan, pero si se trata de un sentimiento malo, deberíamos estar interesados en desterrarlo de nuestro ser. Así me senté a mirarlo, para ver si algo lo hacía despertar, la verdad es que con el tiempo se presentaron unos cuantas situaciones que pudieron oficiar de puntos de inflexión, pero al contrario de lo que pude suponer estas no lo hacían emerger. 
   El tiempo no vuelve , y mucho menos trae cosas que quedaron atrás. Nada pasa dos veces de la misma forma, y no deberíamos permitirlo ya que de ser así mutaríamos a rutinarios, de los que no erran, no se lastiman... no aprenden. Lo vi errar, lo vi lastimarse, pero no lo veía aprender. Alguna vez escuché a un muchacho decir que a veces las cosas "son así", sin opciones... y es verdad, hay pesadillas que no se pueden cambiar ni en su momento y mucho menos después.... nos vemos obligados a aceptar sin cuestionamientos cuando generalmente no depende de uno mismo. 
   Cuando un mal sueño nos invade y se pone muy feo, es automático despertarse, abrir los ojos y prender la luz.  El me dijo semanas atrás que quería que le dedicara algunas palabras, así es que todas estas le pertenecen. Y si las descubre espero que sea a la par de una verdad o que le sirva de punto de inflexión utilizable. Cuando uno se despierta, no tiene sentido que cierre los ojos nuevamente para encontrarse con lo mismo, debemos dejarlos bien abiertos, y la luz que prendiste te está mostrando lo que esta pasando hoy, lo importante, lo que debemos disfrutar sin pestañear. Seguramente no te vallas a olvidar de lo que te desequilibro y es justo que lo recuerdes para que la próxima vez puedas despertarte antes, no luches contra lo imposible.
   Como dijo un señor que me cae muy bien... qué estás buscando? la felicidad... esta ahí, no la ves? cómo no la ves si está a medio metro tuyo? la tenés cerca, agarrala fuerte y no la dejes ir. 

   Vas a seguir durmiendo?



reflejo


   Como tantas otras veces, se posicionó frente al espejo y contempló su imagen por un instante. No tardó demasiado en fijar su atención en aquellas cosas que no le agradaban, miraba las prendas que eligió para vestirse y cada fragmento de su cuerpo, lo que caracterizaba su ser, lo que le daba orgullo y lo que había cambiado. Odiaba la idea de saber que todo en algún momento deja de ser como en algún fue, que las cosas tienden a deteriorarse con el paso del tiempo... detestaba imaginar que en algún futuro dejaría de ser lo que hoy en día es.
   Sonaba una vieja canción en esa noche de ténue luz y se despojó de la ropa en ese mismo lugar. Cerró los ojos, el viento que osadamente invadía el aire viciado de la habitación comenzaba a acariciar sus mejillas con suavidad. Respiró unas cuantas veces y abrió sus ojos para mirar el reflejo de los mismos, se sumergió en el reatrato de su alma, y para cuando nuevamente estaba tocando tierra firme, una reconfortante paz se abría paso en su cabeza. La perspectiva se había modificado, luego de reconocer la misma mirada, llena de deseos y convicciones al igual que hace años atrás, lo que tenía enfrente se veía distinto... era algo diferente, pero por mucho algo bueno. Esos cambios a los que pudo haber temido, habían proyectado en sí, un panorama con menos dudas y más certezas, y con muchos deseos concretados.
   Desvaneció la idea de de una cruel pérdida de su escencia, cuando ella simplemente resucitó esa noche. Quedó atrás la inseguridad que circundaba el ambiente que se plagó historias. No se perdería, siempre que mantubiese los ojos abiertos y los pies firmes en el suelo. 

miércoles, 23 de marzo de 2011

   Se agitaban los árboles dejándose llevar por el viento que los castigaba, la noche comenzaba a enfriar el ambiente y las nubes estaban decididas a tapar la luna para llenar el cielo de oscuridad. Caminaba por la calle y las hojas que volaban en el aire golpeaban su cara, ya no podía mantener la mirada alta para observar las estrellas que se desdibujaban en la inmensidad de la inminente tormenta. 
   Esos aires intensos, eran los encargados de representar su realidad en acto tan simple como el de caminar. Tenía un rumbo fijo y un destino claro, había transitado calles luminosas, pasajes secretos, peatonales cargadas de gente, amenazantes callejones... había tomado la determinación de doblar en una esquina y recorrer un barrio calmo, no era como lo que acostumbraba pero era un camino probablemente directo al lugar a donde quería llegar. 
   Tierras desconocidas. Lugares nuevos una vez más, con la esperanza de que conduzcan a una ruta definitiva... arrancaba la trayectoria inmersa en un viento fresco que le acercaban gotas hasta la frente mientras todo era volátil y se movía sin control. Ruidos alrededor, ramas muertas arrastrándose en el suelo y que evadía al avanzar; y los árboles emitiendo vagos sonidos, como si hablaran y le dijeran al oído: despabilate. 
   Zapatillas cómodas, en una mano un bolso con lo imprescindible, en la otra un abrigo, el paso firme y en el pecho la convicción y la certeza de que en esta ocasión el cambio iba a darle paz. 
    

sábado, 12 de marzo de 2011

a chocar contra el cielo

    El relato que presenté hace unos días, por lo visto esta cargado de gris, más allá de un intento de superación, el mismo se ve frustrado y no hay mucha positividad en el texto. Puntualmente, presenta un mecanismo de defensa evidente y también una manera de evadir determinadas sensaciones que aparecen ante un mal momento.
   Diferentes formas de encarar la vida, hay gente que ya probó muchas. En una reflexión mucho más fría al respecto, no se determinar si es mejor esto de evadirse a uno mismo como método alternativo para superar una depresión o si es más conveniente dejarse caer en ella. Así es, se trataría realmente de sentirla, vivirla y sumergirse en ella. Supongo que cada uno tiene sus momentos para estar bien como también para estar mal... es certera aquella acepción que indica que cuando tocas fondo lo único que te queda es subir. A nadie le gusta estar mal, y como se que hacerse cargo es crecer, reconozco hacer transitado todos los estados planteados en posteo anterior. Quizás sea momento de realmente dejarse llevar por esas sensaciones, pero cuando me siento mal es inevitable aplacarlo a través de los medios ya antes explicados. Es como una cadena, me angustia pensar que no avanzo, y el hecho de deprimirse es realmente no avanzar.
   Si alguna vez te detubiste a leer lo que esta plasmado en esta página, te darás cuenta de que es escrito por una persona que en la mayoría de los casos no acepta o no considera al fracaso como una opción, lo que se traduce en una reflexión del tema cada vez que sucede. Algunos lo llaman fortaleza, personalemente creo que no es así, sino que con la mejor sonrisa hasta el fin, elijo ajustarme los cordones y seguir caminando pase lo que pase y como dice manu chao, próxima estación: esperanza.
   En ese nuevo andar, podemos equivocarnos, para los que la vida nos pateó bastante, nos quedan dos opciones: seguir en la misma o tratar de cambiar las formas manteniendo, por supuesto, nuestra escencia. 
   Porqué siempre nos acercamos a lo que es potencialmente malo para nuestras vidas? Hace algunos días con un increíble ser, que posee un apertura cerebral (por llamarlo de algún modo) inmensa, nos planteamos este interrogante. En un análisis realizado desde un plano de absoluta sinceridad y confianza, llegamos a la conclusión de que nuestros actos responden a nuestros modelos socio-culturales, a la historia. En ocasiones nuestro progreso depende de la algo muy parecido a una rebelión personal contra los modelos impuestos por nuestra historia familiar. Esa revolución nos conduciría a romper con esos esquemas y dejar de repetir lo que hemos visto, lo que hemos vivido, para poder conformar desde cero una perspectiva personal, un nuevo hábito, un estilo de vida.
   Claro que es sencillo decirlo, ya me habrían expresado que son claras las ideas que planteo; aplicarlo a la realidad es la parte complicada. Si es difícil analizar la relaidad y comprenderla, mucho más lo sería modificarla. Creo que saber reconocer la propia realidad que estamos atravezando sabiendo hacerse cargo no sólo de lo malo sino también de lo bueno que tenemos es un buen punto de inflexión. De allí surge el punto de partida para hacer lo propio por esta revolución, juntar fuerza desde el piso y saltar lo más alto que podamos... y chocar contra el cielo.nutrirse de lo que poseemos, de todo lo nuestro, lo que nos llena y nos define...




    
   Esta noche voy a reencontrarme conmigo y de paso con tres fantasmas que me guian hace años. Esta noche voy a encontrar la fuerza... para poder seguir, para poder resistir y seguir. 

martes, 1 de marzo de 2011

largas noches

   La indignación se traduce en impotencia, la última dibuja un panorama de ira que al no canalizarse se resume en frustración.
   A veces intenta no recordar el motivo por el que se indigna, pero es dolor, y es inminente.
   Es muy triste lo relatado anteriormente, y más sabiendo que proviene de buenos sentimientos. Después de haber llegado con mucho esfuerzo y entrega a la cima de una montaña, no ha caído... sólo se ha dado cuenta que la misma nunca existió. La incertidumbre invadía toda su persona, miraba sus manos y estaban razgadas y todavía algunas ampollas no habían sanado por completo. Esa noche, al mirarlas sintió una vez más aquel dolor, ese que no podía hacer desaparecer... en un ataque desesperado las golpeó contra las paredes que la oprimían pero nada consiguió. Sus manos sólo sangraron, y rompió en llanto.
   Se dispuso a caminar durante días que se transformaron en meses, la ira intentaba tomar partido de la situación y sin embargo la aplacaba; en un principio prefirió volar a un mundo de fantasía en donde no existiera el tiempo y pudiera volver atrás... pero las nubes a las que llegaba estaban plagadas de ilusiones. Se dió cuenta que cuando se pretende estar mejor y que salga el sol, esas nubes tienden a evaporarse con fascilidad y es través de la luz que se puede visualizar todo, incluso lo que nos disgusta.
  No entiende como es posible vivir en semejante mentira sin darse cuenta, quizás alguien intento advertirlo pero no lo habría escuchado. Quizás no quizo escucharlo aunque sabía que era así.
   Ahora se dedica a mantenerse con los pies en la tierra, lo cual no es una tarea sensilla debido a que nunca existió la gravedad en su mundo. Ahora se propone pisar el suelo que con frecuencia es árido y en ocasiones fértil, ese que esta limpio y llano, sin roca o material alguno con el cual empezar a construir. La montaña ausente, se aparece cual espejismo cada tanto, para recordarle que nunca fue... y en su lugar, la inmensidad se abre camino mostrandole el lejano horizonte que parece inalcanzable; muestra caminos y quiere avanzar pero la frustración que resulta de un proceso represivo se une a sus pies como una sombra, y pesa.
   Parece inevitable caer en esas sombras de tanto en tanto. Una nueva noche fue poseída por la ira, y un acto que intenta progreso pero representa una regresión vuelve a involucrar sus días con el pasado, vuelve a sentir latente el dolor que persigue sus pasos hace tiempo. Se mezcla con impotencia al no conseguir reparar nada en absoluto... siente que todavía no es momento para frustrarse, pero ese momento va a llegar, quizás en unas horas o podría demorarse un poco más, pero finalmente va a alcanzar a ese nudo que comienza a formarse en su pecho. Va a intentar liberarse, pero es algo que no permite anestesia.
   Afortunadamente, esas sensaciones no acaparan la totalidad de su existencia como lo era en  epocas anteriores. En esta nueva etapa podía sonreir con frecuencia, relacionarse y llenar de luz su vida; lamentablemente las mismas retornaban de vez en cuando, con un dejo de nostalgia y sumergían su ser en un torbellino que atentaba con su tranquilidad arrastrando sus miserias y otras ajenas apropiadas. Aún no hay un final a esta situación, aunque espera con todas sus fuerzas que se aproxime con velocidad. Sabe que va alejarse, y más allá de que no lo haga como quisiera, va a mantener la convicción que hace que siga en pie, después de largas noches.