martes, 26 de abril de 2011

sombra y luz

   En una noche fría de otoño, se sentaron frente a una ventana a contemplar la luna, no se dejaba ver por completo pero las estrellas ofrecían uno de los mejores espectáculos. Los dos cuerpos inmersos en la penumbra, ahí estaba con su sombra, intentando callar las voces para simplemente dormir. 
   Miraban hacia afuera, como esperando que algo llegara a aquel lugar, quizás buscando respuestas. Una pequeña luz iluminaba su figura y a la vez agrandaba esa sombra que no era más que un séquito que no se le separaba, oscura y clara, a donde quiera que fuera su eterna compañera rodeaba su entorno. Incontables son las conversaciones que han tenido, pero mientras un ser poseía una brillante mirada, una forma era oscura y guardaba un dejo de aquel ser, sus deseos no concretados y la nostalgia de todo aquello. El primero la miraba con compasión, con esperanzas de que la situación iba a tomar otro curso, queriendo sacar soluciones a su estado de alguna extraña forma que no lograba encontrar; la segunda en cambio, sin rostro ni gesto alguno era la viva imagen de la incertidumbre, insegura y expectante a que quien le daba vida hallara un fin a lo que acontecía. 
   De frente a una pared junto a la ventana observaba a la sombra recostada y solitaria... era clara y firme, no pudo evitar ver al conjunto de estrellas formando parte de un todo, dibujando en el cielo un increíble paisaje lleno de luz haciéndose cargo cada una de ellas de un fragmento del mismo y conteniendo a aquella luna que esa noche pretendía borrarse,  y desear que aquella amiga fuera más de lo que se veía en ese entonces; deseaba que pueda fundirse con otra figura, que pinte nuevos dibujos a su lado y sentir la satisfacción de que esa parte de sí pudiera transmitirle algo mucho mejor.
   Mientras más vueltas le daba al asunto más se acercaba a concluir en que nada que pudiera hacer podría tener un resultado favorable a largo plazo... hay cosas que solo llegan, por cambiar esa imagen en la pared, no debía apresurarse a tomar decisiones que atenten a su estabilidad. 
   Caminó unos minutos alrededor de la habitación, ella la seguía, se mezclaba con sombras cuadradas, redondas, mas ninguna se movía, ninguna se le acercaba. Eran las dos únicas cosas que merodeaban en ese dormitorio que no eran estáticas, y por un momento la angustia intentó formar parte de las dos.
   Necesitó aceptarla tal cual estaba, una hermosa figura que paseaba de un lugar a otro, que se expresaba de diferentes maneras, que traspasaba obstáculos a su lado y la acompañaría a cualquier lado hasta que finalmente algún día pueda fundirse, seguir y ser perseguida por otra de igual naturaleza. Sólo de esa manera iba a poder dejar de sentirse así, pero en ese momento deberían disfrutarse entre ambos. 
   Necesitó aceptarlo para poder darle algo de paz, fue en ese instante en el que apagó la luz y la dejó descansar. 









...los jueces que juzgaron mi interior
las horas que cuidé tu vanidad
la sangre que jamás podré olvi

dar
los días que supimos la verdad
los días que no compartí tu sol...

2 comentarios:

  1. "... y desear que aquella amiga fuera más de lo que se veía en ese entonces; deseaba que pueda fundirse con otra figura...".

    La intensidad en la forma de escribir es la misma que utilizas en la vida, en una historia, en una noche, en un momento? Sí es así quiero leer un relato sobre VOS... de una noche intensa o de una intensa noche.

    Cómo es eso de muy cerca y muy lejos? El video con sus miradas es tremendo. Sonreís al mismo tiempo que ellos, sentís el deseo de los dos casi al lado tuyo y es excelente como la música lo acompaña. Queda ver la película.

    Te mando un beso enorme May!!

    Cuidate, Jonatan

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