miércoles, 30 de marzo de 2011

reflejo


   Como tantas otras veces, se posicionó frente al espejo y contempló su imagen por un instante. No tardó demasiado en fijar su atención en aquellas cosas que no le agradaban, miraba las prendas que eligió para vestirse y cada fragmento de su cuerpo, lo que caracterizaba su ser, lo que le daba orgullo y lo que había cambiado. Odiaba la idea de saber que todo en algún momento deja de ser como en algún fue, que las cosas tienden a deteriorarse con el paso del tiempo... detestaba imaginar que en algún futuro dejaría de ser lo que hoy en día es.
   Sonaba una vieja canción en esa noche de ténue luz y se despojó de la ropa en ese mismo lugar. Cerró los ojos, el viento que osadamente invadía el aire viciado de la habitación comenzaba a acariciar sus mejillas con suavidad. Respiró unas cuantas veces y abrió sus ojos para mirar el reflejo de los mismos, se sumergió en el reatrato de su alma, y para cuando nuevamente estaba tocando tierra firme, una reconfortante paz se abría paso en su cabeza. La perspectiva se había modificado, luego de reconocer la misma mirada, llena de deseos y convicciones al igual que hace años atrás, lo que tenía enfrente se veía distinto... era algo diferente, pero por mucho algo bueno. Esos cambios a los que pudo haber temido, habían proyectado en sí, un panorama con menos dudas y más certezas, y con muchos deseos concretados.
   Desvaneció la idea de de una cruel pérdida de su escencia, cuando ella simplemente resucitó esa noche. Quedó atrás la inseguridad que circundaba el ambiente que se plagó historias. No se perdería, siempre que mantubiese los ojos abiertos y los pies firmes en el suelo. 

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