jueves, 13 de enero de 2011

Belleza

Una anciana de casi noventa años hablaba de su vida. Es una persona extremadamente amable y calma. No así su historia. En otras ocasiones comentó que perdió a su marido cuando era joven, y posteriormente  a la mayor de sus dos hijas en un accidente casero. Asumió que con la segunda de las pérdidas, no sintió tener fuerzas y abatida por el dolor optó por no tratar las secuelas de ese mismo accidente que también la alcanzó; por ello hasta el día de hoy sufre dolores constantes de heridas que no han cerrado y que ya habiendo pasado alrededor de cuarenta años probablemente no lo hagan. 
Vivió a unos kilómetros de donde se encuentra en la actualidad, con su hija y el marido de la misma, pero se mudaron dejando atrás unos veinte años de vida tras descubrir que el yerno tenía a la par otra familia en una ciudad contigua. 
Hoy en día vive con su hija, quien la cuida, y que le reprochaba la cantidad de sal que le pone a las comidas. Como suelen decir, los años no vienen solos y hay cosas que afectan con facilidad. Es verano, hace calor, y ella vive encerrada en un ambiente saliendo apenas unas horas a la puerta de su casa, porque no puede caminar mucho más que eso, tiene la presión alta, dolores constantes y no puede valerse por sí misma. Sin embargo, con la paz que la caracteriza, respondía a los reproches con una sonrisa, como si no le importara. "Es que tuve una linda vida" argumentaba. 
En el breve resumen anterior, podríamos decir que claramente no se observa la palabra felicidad ni nada que se le parezca. La gente que la rodeaba con pena, con tristeza miraba su cuerpo casi derrotado. Ella cambiaba de tema y los llevaba a interrogarse a sí mismos con sus respectivas realidades; siempre remarcando lo hermoso que era cada momento, sin tener en cuenta la edad de cada uno. Tenía motivos suficientes para emanar negativismo, tuvo motivos suficientes para dejarse caer. 
Todos se retiraron con un tono gris en sus rostros, que se les dibujo luego de intentar ponerse en su lugar y la anciana los despedía con una tierna sonrisa. Una persona quedo sentada junto a ella, analizando la situación y logró entender que nunca somos más bellos que ahora; que esta historia en lugar de  contarse de esta forma podría hablar de la fuerza o la entereza con la que atravesó los hechos. Por eso su mirada no era gris, por eso había tenido una linda vida, porque tenía la capacidad de transformar la angustia en calma. No fue difícil concluir en que no era un ser sobrenatural, sino que tenía las mismas capacidades que todos poseemos pero a diferencia de muchos de nosotros... las utilizaba. Aparentemente la belleza es una cuestión de perspectivas, centenas de veces habremos escuchado que sobre gustos no hay nada escrito... Y a vos como te gustaría vivir?
La persona le regalo una caricia en la cara, en la que no vio arrugas sino una serie de marcas que oficiaban de trofeos por cada batalla ganada; la tomo de la mano y mirándola a los ojos le dijo: ¿te ayudo hermosa? La campeona respondió " puedo sola, pero me podés acompañar".

2 comentarios:

  1. Tremendo relato, muy bien redactado y muy sentido.

    La vida pasa en segundos y en un segundo algo te sacude de por vida. O son segundos contados en una vida los que valen más que 20 horas seguidas, o días, o meses.

    Los hechos nos llevan sorpresas jamás esperadas y ante eso estamos viviendo cada día. Por la hermosa sorpresa y la siguiente aceptación.

    Nadie sabe el mañana pero podemos navegar sobre el presente...

    Hermoso relato, repito.

    Sos Dafne, la mujer que yo pienso?

    Hace unos días te mandé un e-mail por el nuevo video de Carajo. Sinceramente no se como entraste al blog, pero muchas gracias por tu comentario.

    Si sos la mujer que pienso escuché por varias fuentes que estás haciendo un trabajo tremendo dentro dle grupo, así que te felicito.

    Un beso grande Dafne, cuidate.

    Jonatan Saiz

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  2. Muchas gracias Jonatan... más allá del hecho de lo real de la historia, lo que está bueno es que exista realmente gente así.
    Como dicen unos muchachos que vos también conoces, hay que despabilarse y levantarse sin pretextos para vivir.
    No soy la Dafne que vos crees, lamento decepcionarte, pero es un placer conocerte. De verdad muy bueno tu blog.

    Abrazo!

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