domingo, 22 de abril de 2012

tuercas

   Cada tanto la vida te da alguna sacudida. No importa que tan grato sea el momento que estés pasando, que divertidos sean los días que te rodean o que tan agradable se te presente la realidad; en algún lugar de todo esta estructura, vas a encontrar una tuerca floja. Quizás en un lugar insignificante, que no te llegue a derrumbar, como también puede estar al pie de la estructura, como para que un simple movimiento te haga temblar. 
   El temblor te manifiesta tus puntos inseguros, de forma que los vas a poder ver con claridad, podes ignorarlos, pero si se sigue sacudiendo, en un buen momento la estructura definitivamente se va a quebrar. Lo sabes, muchas veces se derrumbó lo que parecía firme, y te viste en la tediosa tarea de reconstruir con las piezas ya gastadas, y con otras que encontraste en el camino, un trabajo duro y sabemos que no querés volver a perder tiempo que podrías disfrutar. 
   Te aconsejaría que, ahora que reconoces la falla, la trates de reparar. Ajustar lo que sea necesario para resistir cualquier otro golpe suena más atractivo que dar curso a una estocada que derribe lo mucho o poco que hoy esta en pie. Siempre van a existir inseguridades, pero en tus manos están las herramientas para que ellas no ocasionen más problemas. Y si se desmorona aunque sea un pequeño pedazo, que sea solo porque vos lo quisiste remodelar. 






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